El campeonato internacional de Boca, que fue la tercera obtención de este torneo para el club de la Ribera, lo enfrentó en el estadio Internacional de Yokohama con un Milan dirigido por Carlo Ancelotti y que tenía en su plantel a jugadores como Dida, Cafú, Maldini, Pirlo, Seedorf, Kaká y Shevchenko, por nombrar algunas de las figuras de ese equipo, que había derrotado a la Juventus por penales en la definición previa de la Champions League.

La noche japonesa había comenzado complicada para Boca, ya que Milan se adelantó con un gol del danés Jon Dahl Tomasson a los 23 minutos de juego. El empate fue obra de Matías Donnet, a los 28 de aquella etapa inicial, y el resultado 1-1 ya no se modificaría ni siquiera en el tiempo suplementario.

En los disparos desde los 12 pasos, Roberto Abbondanzieri se lo detuvo a Andrea Pirlo y provocó la explosión del público xeneize presente. El entusiasmo lo acrecentó Rolando Schiavi al acertar su remate, pero luego el portugués Rui Costa emparejó la serie y Dida le negó el grito a Sebastián Battaglia.

Los italianos, conducidos por Carlo Ancelotti, no tuvieron tiempo de aliviarse, porque el holandés Clarence Seedorf remató desviado y el propio Donnet volvió a adelantar a Boca. El increíble blooper de Alessandro Costacurta, quien le pegó a la tierra y permitió que el Pato la sacara con los pies, dejó el título a un paso.

El encargado del último remate fue Raúl Cascini. El ya en ese entonces experimentado mediocampista ubicó la pelota en el ángulo superior izquierdo de un arquero que había elegido el otro lado y con el 3-1 dio por finalizado el encuentro: festejos, emoción y locura pintados de azul y oro.