Se podría decir que después de haber salido campeón, bicampeón del fútbol argentino, esta Liga de transición, termina mucho mejor de lo que empezó, termina con Boca con cuatro victorias al hilo, con actuaciones desiguales. Está claro que hay un Boca de local y hay un Boca de visitante, pero lo que está claro es que llega a esta primera fase de octavos de final, definitoria, partido y revancha, a mata-mata como se los conoce, llega con la moral alta en su vida y con muchas expectativas a partir de la contratación de Cavani, de Edison Cavani, de la contratación de Lucas Janson, de Lucas Blondel, de la llegada de Marcelo Saracchi, sorpresivamente, y de alguna que otra contratación que Boca va a hacer todavía, que no van a poder jugar los octavos, como Saracchi, pero que estarán listos para jugar en el próximo torneo que arranca el 20 de agosto y también en la fase, si Boca pasa, en la fase de cuarto de final de la Copa Libertadores.

Boca pudo haber redondeado mejores actuaciones. Hay un Boca de local y hay un Boca visitante. De local, Boca tuvo actuaciones interesantes, aceptables. De visitante, Boca baja ostensiblemente el nivel. Yo creo que lo baja también un poco por los planteos del técnico. Ayer el técnico en el partido con Independiente, sorpresivamente, apareció con un 4-3-3, con tres delanteros netos, Briasco, Benedetto, Merentiel, cuando venía de jugar de local, contra Newell's, con un solo delantero. Y así va rotando esquemas, va rotando la táctica. Yo no digo que esté mal buscar un esquema, pero lo que termina siendo, me parece, es confundir un poco a los jugadores.

Uno tiene la convicción de que Boca va a ir a Montevideo a jugar con cinco defensores y nuevamente con un solo delantero. O sea, ahí otra vez Boca va a cambiar el esquema. ¿Cómo se trabaja? ¿Cómo se trabajará en este tipo de cambios? ¿Cómo se trabajará en la cabeza del jugador? ¿Cómo se trabajará para aceitar de repente las estructuras que te derivan este tipo de esquemas? Porque, jugar con cinco defensores implica que tenés que jugar con los dos marcadores de punta adelante, con tres zagueros. Bueno, todas situaciones que Boca tiene que trabajar, o que el técnico tiene que trabajar para no caer en la improvisación.

Está claro que hay cosas buenas de este Boca de Almirón, que el técnico no tiene que romper. Y ayer se vio, especialmente en el segundo tiempo, la dupla Fabra-Barco es temible. La dupla Advíncula-Weigandt es temible. Bueno, Advíncula no estuvo ayer, pero todo hace indicar de qué va a estar el próximo miércoles en Montevideo. Bueno, esas cosas Boca las tiene que mantener. ¿Cómo acomodar esas cosas después al esquema? Y bueno, es trabajo del técnico. Lo que yo vuelvo a repetir, esto es Boca, Boca no puede jugar ni de local ni de visitante con un solo delantero. Si le gustan los tres, y bueno, a mí no es el que más me gusta ese esquema, pero el técnico tiene todo el derecho a que le guste el 4-3-3. Para eso hay que estar bien compensados, para eso hay que estar bien compensados.

Darle más la pelota a Medina. Que Boca ataque con Fabra, que ataque con Barco, que ataque con Advíncula, que ataque con Weigandt. ¿No te gusta Weigandt? Y bueno, ¿será Blondel? Bueno, pero esas armas que tiene Boca no desarmarlas. No confundir más al jugador. El jugador tiene que tener las ideas claras. Después ver cómo se engarza, cómo se engancha, cómo se acopla Cavani, a este equipo. Está claro que Cavani viene para jugar, por supuesto, que cuando Edinson esté acá en la Argentina y esté listo para jugar, va a ser titular. Se acoplará con Benedetto, se acoplará con Merentiel, se acoplará con el mismísimo Zeballos, que cuando entra es decisivo.

Cuando vuelva Langoni, Boca tiene muchas armas. Tiene que volver Rojo, tiene que volver Rojo, tiene que volver Advíncula, tiene que jugar Fabra, tiene que jugar Barco. Boca tiene equipo. ¿Qué pasará con Varela? Si no es Varela, será el Equi. Tiene a Medina. Boca tiene equipo para que la ilusión del hincha, ahora que empieza el mata-mata, ahora que empieza el todo, esté alto, esté fuerte, esté hecho una caldera, como terminó la cancha de Independiente. Una caldera que explotaba porque Boca les ganó nuevamente 2 a 0. Ahí va Boca para Montevideo con toda la esperanza, con todo el amor propio y con toda la ilusión de la Séptima Copa.