Durante el entrenamiento matutino que se desarrolló este lunes en Ezeiza, el entrenador Sebastián Battaglia tomó la determinación que el volante juegue para los suplentes, un equipo constituido en su mayoría por futbolistas de la reserva.

Al parecer esta determinación le cayó mal a Almendra. Minutos más tarde se dio la primera discusión con uno de sus compañeros que le pidió que corriera un poco más; la reacción del 32 no fue la mejor. Ante esa situación quien actuó como intermediario fue el propio entrenador quien le solicitó qué se calme, lejos de lograrlo la respuesta fue aún peor, retrucándole qué se calle y que no tenía autoridad en el plantel. A partir de ahí Battaglia lo invitó a retirarse del entrenamiento. Allá por las 10:30 el jugador abandono el predio.

Sin embargo, este no es el primer acontecimiento del juvenil Xeneize. El primer suceso se remonta a los primeros meses de la actual gestión dónde el futbolista no se entrenaba con la primera e inclusive ni siquiera iba a las prácticas. En aquel entonces, fue fundamental la presencia de Riquelme, quién desde lo futbolístico lo aprecia para que recapacitara y volviera a estar en consideración. Algunos meses después logro sumar minutos e inclusive volverse una pieza fundamental del primer equipo, siendo el mismísimo Román quién lo ubico dentro de la categoría de "crack" y lo mejor del fútbol argentino.

Cuándo parecía qué el río se calmaba y las turbulencias se acababan, el 2022 desató nuevamente la marea.

El primer conflicto con el entrenador se dio a comienzos de este año, durante una práctica Battaglia le solicitó que se ubicará sobre la izquierda. Lejos de obedecerlo Almendra continúo haciendo de las suyas y se posicionó a la derecha. El DT reincidió en su pedido ante lo cual la respuesta del jugador no fue la mejor. Desde aquel entonces, Agustín comenzó a ser mirado de reojo por el cuerpo técnico al punto tal de perder lugar en el primer equipo.

Finalmente la gota que rebalso el vaso llegó este lunes, Almendra fue posicionado nuevamente para los juveniles lo cual produjo la ira con sus compañeros primero y el entrenador después. Claro está que es un camino sin retornó y Almendra no volverá a ser tenido en cuenta por el entrenador, al punto tal que el mismo jugador ha pedido salir del club y buscar nuevos horizontes.

Una lástima para Boca, que se queda sin un jugador de enorme jerarquía, y una lástima para el propio futbolista que con estas actitudes no hace más que perjudicarse y cerrarse puertas. La decisión está tomada y en consenso entre jugadores, cuerpo técnico y dirigentes, no hay más Almendra en la Boca.