Leonel Schattman, nacido en Río Negro y criado deportivamente en Córdoba, es uno de los referentes y figuras del básquet de Boca. Con 36 años, Leo sumará su cuarta temporada consecutiva vistiendo la Azul y Oro. ¿Se dará el título este año?

Desde su vuelta al club en 2020, en Liga Nacional, el equipo de la Ribera alcanzó las semifinales en dos ocasiones consecutivas (2020-2021 y 2021-2022) y también logró pelear por el tan ansiado trofeo al llegar a las finales en la última temporada (2022-2023).

En las temporadas disputadas entre 2020 y 2022, el por entonces conjunto dirigido por Gonzalo García, quedó en el camino tras ser derrotado por Quimsa en ambas oportunidades.

Ya con Carlos Duro como DT, frente al mismo rival y en junio de este año, el Xeneize no pudo hacerse con el título luego de que la serie haya concluido 4-1 en favor del equipo santiagueño. El escolta, elegido el Mejor Jugador de la Liga Nacional 2022-2023, comandó al equipo a alcanzar unas finales de la Liga luego de 16 años, con promedios de 14.2 puntos, 3.2 rebotes y 3.8 asistencias.

El mal trago de quedarse a las puertas de levantar el trofeo ya quedó atrás: en Boca la ilusión está más que renovada. En las vísperas de una nueva temporada, fiel a su estilo y porfiado como él mismo se describe, Schattmann irá en búsqueda del título y nos habla de todo en la previa de una campaña que promete y mucho.

Foto: Agustina Frias

- Tu historia con Boca comenzó entre 2007 y 2008. En 2020 volviste al club y la 2023-2024 será la cuarta temporada desde tu regreso y la quinta a nivel histórico. ¿Qué cambios ves dentro del club en lo que es la disciplina?

Sin dudas que el básquet dentro del club ha cambiado un montón. Sobre todo en la parte organizativa: desde la dirigencia hasta el día a día con el equipo. Mejoraron muchas cosas en muchos sentidos y eso hace que el club crezca en cuanto a todo, en la parte deportiva, en la parte médica y hasta en el comedor. Hizo que el club apueste alto por la disciplina y pueda dar sus frutos. Ese fue un cambio que viene sucediendo en el club.

- Contame un poco cómo fue la preparación para la temporada 2023-2024 que está por comenzar. ¿Hay algún aspecto en especial para resaltar en esta pretemporada?

La pretemporada fue muy buena en todo sentido. En todo aspecto se trabajó muy bien. Se incorporó muy bien a los chicos que llegaron. Se trató de hacerles ver la idea que pretende el staff y fue sumamente positivo. Va a ser una temporada muy dura y complicada. Trataremos de estar a la altura para que Boca siga figurando entre los mejores nombres de la competencia.

- Me gustaría que me cuentes qué aprendizaje te llevaste de las finales ante Quimsa o cuáles son las cosas que rescatás.

¿Aprendizajes? Muchos. Cuando terminan las finales y uno tiene un tiempo de descanso, asimila un poco mejor lo que fue todo el año y hace una autocrítica y una autoevaluación. La temporada fue sumamente positiva. Hemos metido, de enero hasta fin de temporada, un sprint increíble en cuanto a la cantidad de partidos que hemos ganado y perdimos muy poco. Quedamos en un quinto puesto que nos hizo fortalecer, pelear y crecer mucho. Eso nos llevó a jugar una final. Cosas para mejorar siempre hay pero la autocrítica individual y grupal es de las mejores porque dimos todo, nos quedamos vacíos y nos alcanzó hasta donde nos alcanzó. Fue una gran temporada.

- ¿Quiénes creés que serán los equipos más fuertes de esta temporada? Teniendo en cuenta la temporada anterior y cómo se reforzaron este año los demás equipos, incluyendo a Boca, claro.

Equipos poderosos va a haber varios. Los nombres, en cuanto a los equipos y en el armado, por ahí no demuestran mucho, sí en la parte de definición donde se sienten más cómodos jugando y sienten menos presión. Boca, Instituto, Quimsa, Olímpico... Son equipos que siempre están ahí arriba. Olímpico armó un gran equipo. Nosotros trataremos de ser uno de los del pelotón y estar ahí.

- De estos 4 años en Boca, ¿cuál fue el compañero qué más te sorprendió?

Tuve varios compañeros y he compartido con varios bases. Trato siempre de estar ahí y ser compinche con todos. En definitiva eso es lo que hace crecer al grupo. Siempre trato de estar de la mejor manera, de que nos llevemos bien y que el grupo sea unido y fuerte. No tuve uno que me haya sorprendido algo en particular. Somos todos muy parecidos en cuanto a la preparación. Se aprende estando al lado de varios pero lo que más se rescata en el día a día y la preparación que llevamos en toda la semana.

- ¿Hay algo meramente del básquet que llevás a tu vida cotidiana? ¿O viceversa?

Sí, la parte de organización. Soy una persona bastante estructurada. Trato de serlo fuera de la cancha y adentro. Me gusta no dejar nada librado al azar. Trato de ser igual cuando compito. Me sale el Taurino de adentro. Soy bastante porfiado y hasta que no me equivoco no dejo de intentarlo. Lo traslado de adentro hacia afuera y viceversa. La persona y el jugador no varía mucho. Solamente el espíritu competitivo que uno puede demostrar dentro de la cancha.

- Quiero cerrar con esta: una temporada más vistiendo la N°20 Azul y Oro. ¿Tiene algún significado la #20?

No tiene un significado. En aquellos años, cuando se habilitó... Porque antes era del 4 al 15. Éramos ocho juveniles en Atenas que estábamos reclutados y nos asignaron del 17 al 25. A mí me tocó el 20 y desde ese momento me gustó el número, lo apañé y me gustó como me quedaba. Familiares y amigos me dieron el visto bueno. Desde ese año no me lo cambié y seguí con el 20.