El partido frente a Talleres fue la última oportunidad para que algunos jugadores defendieran la titularidad. La derrota trajo consecuencias. Lejos de patear el tablero o hacer cirugía mayor, el técnico se vio obligado a cambiar.

Con dos modificaciones obligadas, Ibarra debía hacer foco en los bajos rendimientos. Ante el suspendido Sebastián Villa y el lesionado Nicolás Orsini, aparecerán desde el arranque Luca Langoni y Miguel Merentiel.

Bajo la lupa aparecían los jugadores que estaban lejos de su nivel, entre ellos Fabra. El colombiano no estaba solo en el bolillero. Salvo los Romero y los centrales, el resto fue tema de debate en el cuerpo técnico durante la semana.Sin embargo a la hora de las decisiones y sacando los dos cambios obligados, el técnico le apuntó solo a dos jugadores por bajo rendimiento: Juan Ramírez y justamente Fabra.

El lateral izquierdo venía de jugar como titular en las últimas dos fechas. Sólo se había ausentado en el inicio de la Liga frente a Atlético Tucumán y justamente ahí nace el por qué de la salida de Fabra. El colombiano arrastraba una suspensión de la temporada pasada por haber sufrido cinco tarjetas amarillas y debía cumplirla en el debut ante Atlético Tucumán.

Simultáneamente, la Selección Colombia lo convocó a Fabra para jugar un amistoso ese mismo fin de semana en los Estados Unidos frente a los locales. Al no ser fecha FIFA, Boca no estaba obligado a cederlo. Sin embargo, el Consejo de Fútbol priorizó el deseo del jugador que sabía que en su Selección lo esperaría la cinta de capitán y lo dejó ir.

La decisión de Boca fue netamente jugadorista, ya que no sólo no estaba obligado a cederlo, sino que ya se hablaba en el Tribunal de disciplina de una posibilidad real de amnistía para todos los suspendidos.

Dos factores, de los que Boca tranquilamente pudo haberse agarrado para no cederlo y poder utilizarlo en el debut. Sin embargo, pensó en lo importante que significaba la convocatoria para Fabra y lo cedió. Luego de haber viajado, jugado y encima haber lucido la cinta de capitán, en Boca esperaban a un jugador recontra motivado y agradecido por el gesto que tuvo el club para con él. Pero en la cancha y durante los entrenamientos, el cuerpo técnico evidentemente percibió todo lo contrario.

Lejos de que ese viaje y ese gesto que tuvo Boca hayan significado combustible para recibir a un mejor Fabra, comenzaron a ver rendimientos bajos que comenzaron a preocupar y que llevaron a tomar decisiones.

No fue una decisión fácil sacar al jugador de este plantel con más partidos y títulos en Boca. Ibarra busca no sólo con Fabra, sino con todos, que salgan de la zona de confort.

El colombiano trepó a un posición más que merecida donde él sentía que jugando bien, regular o mal no iba a perder el puesto con Agustín Sández o Valentín Barco y en el último tiempo ante los ojos de Ibarra se olvidó de defender tal privilegio adquirido. Ahora dependerá de Fabra volver a recuperar su puesto y dependerá de Sández o Barco que el retorno se lo hagan fácil o difícil.

Ya lo dijo Carlos Bianchi: "Yo no saco al jugador. El jugador se saca y se pone solo por lo que hace en la semana y el domingo en la cancha".