Varios talentos se forman en las divisiones menores de Boca. Algunos llegan a pisar La Bombonera en la máxima categoría. Pero la frase en la jerga es "más difícil mantenerse que llegar". Y así parece que sucedió con uno de los delanteros que el Club vio nacer, Marcelo Torres. Aquel tanque, que se desempeña de nueve, que fue promesa con la Azul y Oro y defendió la camiseta albiceleste, hoy continúa su carrera en el exterior.

Cada vez que un juvenil pisa primera división, todo el pueblo xeneize le brinda su apoyo. El Chelo, como se lo apoda, tuvo la posibilidad de jugar 13 partidos en el Club de La Ribera, dónde anotó tres goles. También disputó el Mundial Sub 20 con la Argentina pero quedaron eliminado en primera ronda. Su camino en nuestro fútbol se hizo cuesta arriba. No encontró continuidad y goles, lo que todo jugador y delantero necesita.

Pasó a préstamo a Talleres durante un año, luego a Banfield, pero al terminar su préstamo, volvió al Xeneize, quién le dio salida con una gran cantidad de delanteros por delante de él. Aquella promesa que vistió la nueve en las juveniles de Boca, se mudó a Chipre, al conjunto Pafos FC.

Luego de una temporada en la liga chipriota, el cordobés pasó al Akritas Chlorakas, club que se fundó en 1971 y desde entonces permanece en la segunda división. La transferencia se realizó a cambio de 600 mil euros, en condición de préstamo y con una opción de compra.

El atacante que fue furor en el 2017, que se calzó la camiseta del equipo más grande de Argentina, que fue titular en el Seleccionado de Claudio Úbeda y fue pretendido por diferentes equipos de nuestro fútbol, que marcó goles al estilo nueve, de afuera del área, con calidad técnica por encima del arquero, en clásicos de reserva, de penal, de cabeza y mucho más sigue su carrera en un club exótico, con poca trascendencia, con sus 24 años

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