Es como una cicatriz que nunca se va. Siempre estará ahí, el recuerdo viviente de vencer al Milán. El recuerdo viviente de conseguir la tercera Intercontinental. Es un recuerdo con mucho presente, porque somos el último equipo Argentino en lograrlo. Boca es eterno.

Hace 18 años, el xeneize salió por un túnel, en busca del sueño de la mitad + 1 del país, con Abbondanzieri; Perea, Schiavi, Burdisso, Clemente; Donnet, Cascini, Battaglia, Cagna; Iarley y Schelotto. Claro, el DT Carlos Bianchi. Japón se pintó de Azul y Oro, con una gran marea de hinchas que acompañaron.

Aquella noche comenzó cuesta arriba para Boca, ya que Milan se adelantó con un gol del danés Jon Dahl Tomasson a los 23 del primer tiempo. El empate fue obra de Matías Donnet, que capturó el rebote de Iarley y la mandó a guardar cinco minutos después. Miles de emociones se vivieron frente a Dida, Cafú, Costacurta, Maldini, Gattuso, Pirlo, Kaká, entre otros.

El poderío internacional no fue suficiente para vencer al Virrey, que selló el 1 - 1 en el tiempo reglamentario y fue a la tanda de penales. Se sufrió, como se vive en Boca. En la tanda de penales empezó con el pie derecho, cuando el Pato tapó el remate de Pirlo y Schiavi puso la ventaja parcial. Se gritó con locura. La segunda ronda, acertó el jugador del Milan, el Pato muy cerca. Fue Battaglia, y el bestial Dida de 1,95 le adivinó el palo. Igualdad de condiciones.

La racha la continuó Seedorf, que la mandó por las nubes. Donnet, con un violento zapatazo lo puso nuevamente arriba de la tanda. Y de ahí llegó el gran penal, dónde Costacurta le pegó al piso y el Pato sin jugársela, la sacó con su pie. El momento de Cascini...

Y acá todos ya sabemos como terminó la historia. Cerramos los ojos y todos salimos corriendo atrás de Raúl, levantamos la tercera. Nos volvimos eternos. Somos campeones, los últimos campeones del fútbol Argentino en levantar la Copa del Mundo de Clubes. Sí, Boca campeón ante el Milan.