Este mercado de pases de Boca tiene la característica que, independientemente que siempre son movidos, de muchas intrigas, noticias falsas, ilusiones y desilusiones, es largo en el tiempo. Desde prácticamente de mitad de diciembre hasta mitad de febrero: dos meses de mercado de pases, con cientos de nombres, cientos de especulaciones, de cosas que lo hacen mucho más complejo y mucho más heterogéneo del punto de vista de las noticias que se van tirando.

Pero sin lugar a duda, y quedando de lado de los grandes títulos, la llegada de Benedetto, la llegada de Figal, la llegada de Pol, la no llegada de Romero, la llegada o no de Farías, todos nombres rutilantes... queda a un costado el tema Pavón y Salvio. Está claro que no son iguales las situaciones, a pesar de que la prensa quiere hacerlos parecer una cuestión del mismo nivel.

Vamos del principio: Cristián Pavón desde que volvió en ningún momento lo escuchamos declarar que quería quedarse en Boca, que su futuro estaba en el Club y que deseaba seguir. Eduardo Salvio, desde el primer momento siempre dijo que se siente cómodo, que es hincha y que su sueño es terminar la carrera en el Xeneize, junto a muchos años más.

El representante de Kichán, constantemente pone piedras en el camino. El agente de Toto, constantemente llama a la dirigencia de Boca para acercar posiciones. El representante de Pavón negocia con Clubes que no son Boca: Atlético Mineiro, Cruz Azul y alguno en España en su momento. El de Salvio, solamente habla con Boca, a pesar de que lo llamaron desde Lanús, el equipo originario de Toto.

Pavón, se mantiene al margen de toda la cuestión, como si nada estuviese pasando. Le da lo mismo jugar o no jugar. Entrena, sin reproches: cumple su obligación profesional. Salvio, se mata, se recupera después de una operación de ligamentos, se rompe en los entrenamientos, está pendiente de lo que puede pasar y hace constantemente declaraciones que se quiere quedar y espera el llamado de los dirigentes.

El cuadro de situación uno: Boca le va a ofrecer a Salvio una renovación: contrato de dos años con la opción de extenderlo uno más. Se tendrán que poner de acuerdo en los números. Todo indica que están por el buen camino. Situación dos: Pavón no va a querer renovar, que se la van a ofrecer. Por consejo de Fernando Hidalgo (su representante), va a esperar hasta junio y se va a ir a jugar al exterior. Esto simplemente, es una de deseo, esto simplemente es una forma de vida y de entender que existen cuestiones de sentimiento y pertenencia, independientemente de lo económico. Salvio las tiene, Pavón no. Uno se va a quedar, el otro se va a ir. Es simplemente, una cuestión de actitud.