Los grandes equipos son los que se sobreponen a las dificultades. Cuando Boca fue a jugar en el Monumental, llegó sin Izquierdoz, que había sido operado tras una fractura en el quinto metatarsiano. Izquierdoz representa mucho para sus compañeros y para el equipo. Adentro y afuera de la cancha. Por eso, cuando Boca festejó en el vestuario de River el 1-0, Cali le agradeció a sus compañeros el esfuerzo y el triunfo. Aquella tarde, el equipo dio la cara pese a la baja del capitán.

Lo mismo pretende Battaglia ahora en el comienzo de la Copa. Porque el equipo arranca el sueño de la Libertadores con bajas y ausencias. Algunas ya sabidas desde la sanción de la Conmebol por los incidentes de Mineiro y otras impensadas.

Del otro lado estará Deportivo Cali. Boca llegará sin Izquierdoz, en recuperación y suspendido. Sin Rojo, un referente. Sin Villa, un futbolista decisivo en el uno contra uno. Sin Pavon, que ni siquiera fue puesto en la lista de la Copa porque el 30 de junio se va a ir libre a jugar al Mineiro. Sin García y sin el Pulpo González, también suspendidos. Pasando en limpio, no tendrá a los dos centrales titulares, ni al delantero por afuera que juega siempre.

Cómo si esto fuera poco, diría algún vendedor en un tren de la Argentina, a Boca se le lesionó Pol Fernández, un futbolista que le cambió la cara al mal juego de Boca. Arrancó jugando de 5 con Estudiantes y repitió con River: El equipo mejoró en el juego y ganó 6/6. No estuvo con Arsenal y Boca volvió a jugar flojo. Es más, no ganó.

Si vamos a la famosa columna vertebral del fútbol: el debut de Copa tendrá a un Boca sin los centrales, sin el 5 y cerebro del equipo. Muchas ventajas para el arranque.

Pero volviendo a la idea de sobreponerse a las dificultades, ahí está Battaglia. Que conoce como pocos lo que es jugar y ganar copas como jugador. Que sabe que para obtener un triunfo, los mejores entrenadores cambian de ideas y de esquemas de acuerdo al rival y al contexto. Y que entiende (lo ratificó en conferencia) que van a necesitar de todos porque entre viaje y viaje hay que competir y dar la cara.

Así va Boca a Colombia. Para debutar en la Libertadores, la obsesión de los hinchas de Boca y lo que marca la vara de las estadías de los entrenadores hace rato. Ischia fue campeón del torneo y se fue. Falcioni fue campeón del torneo (finalista de Copa) y de la Copa Argentina y se fue. Arruabarrena fue campeón del torneo y de la Copa Argentina y se fue. Guillermo fue bicampeón del torneo (finalista de Copa) y se fue. Alfaro fue campeón de la Supercopa y dirigió 16 fechas de las 23 que tuvo el campeón de la Superliga 2019-2020 y se fue. Russo coronó ese título y ganó la Copa Maradona. Y terminó igual: afuera. Porque en Boca, hace rato la vara la marca la Libertadores. Y el que no la gana, por más que gane otros títulos termina de la misma manera... Afuera, increíblemente afuera.

Battaglia lo sabe y para jugar en Cali va a poner un equipo rápido en ataque, con Zeballos por afuera y con Pipa Benedetto. Con Ávila, central zurdo, joven y de gran futuro, para reemplazar a Rojo. Campuzano volverá a ser el 5, y a su lado estarán Ramirez y Medina, los mismos laderos de Pol en River. Advíncula, Zambrano y Fabra irán a completar la defensa. Y el fútbol recaerá en los pies de Romero. El tan necesario fútbol...