Hasta el minuto 89 frente a Deportivo Pereira, a Boca le costaba mostrar lo que quería Almiron. Ese golazo de Advíncula, de zurda al ángulo, fue el quiebre. Desde ese momento a hoy, pasaron los minutos restantes con el equipo colombiano, al que Boca venció en el último minuto del adicional. Después llegó Central, al que también le sacó un buen resultado en la última jugada del partido, luego Racing, partido muy completo. Y el de las últimas horas con Colo Colo. Independientemente de los resultados: de los últimos 9, sacó 7 puntos, lo que muestra el equipo de Almiron es una mejora notable.

Si bien por momentos busca hacer circular la pelota y que los futbolistas se traten de encontrar entre sí con frecuencia, el rasgo que sale a la vista se llama solidaridad. ¿En qué? ¿Para qué? ¿Por qué? Muy fácil de responder. ¿En qué? En Todo. ¿Para qué? Para que los futbolistas se ayuden entre sí. ¿Por qué? Porque el DT considera que en el fútbol de hoy, sí no corren todos, se da mucha ventaja.

Con los días de trabajo, el Boca de Almiron se convirtió en un equipo guerrero. Que te pelea cada pelota, que presiona, que genera incomodidad en los rivales que quieren salir con la pelota al pie. Hay un detalle. O dos. Que marcan una diferencia con lo que se venía mostrando. Primero, que cuando la tiene el rival, todos pasan la línea de la pelota. Y lo segundo es que tanto con Racing como con Colo Colo, se observó por momentos que la presión era bien arriba. Contra el equipo de Gago, Vázquez corrió a Arias dentro del área y no llegó a alcanzarlo. Esta vez, en Chile robó una pelota y Villa la aprovechó para sentenciar el partido.

¿Se gana solo corriendo?. No, seguro que no. El fútbol es más que correr. Pero se estableció un parámetro interno de sacrificio que genera competencia y a la vez responsabilidad para con los demás. Si no corres, vas para afuera, que espera alguno con ganas de meter y luchar.

Nada de esto significa que Boca ya es un súper equipo. Para nada. Pero para hacer cualquier análisis, siempre hay que ver desde donde se parte. Y este equipo, había perdido 7 partidos en el semestre, y en los últimos no solo ganó, sino que lucha los partidos. No los regala. Porque de alguna manera, está entendiendo que donde baja el pie del acelerador, se puede comer un cachetazo.

Este Boca es eléctrico. Juega a alta intensidad. Con un ritmo frenético. Y ese ritmo le metió a Racing en el comienzo. Y le devolvió a Colo Colo después de cada pelota que sacaba Romero. Porque si bien Colo Colo mereció más, sobre todo en el inicio, en esa primera mitad, además del gol de Advíncula, Vázquez estrelló un tiro en el palo, y también le sacaron un mano a mano.

Cuando Boca se adueñó del partido y el 2-0 ya no corría riesgo, Almiron pidió inteligencia y circulación de pelota. Y Boca lo intentó, y por momentos lo logró.

Con estas virtudes, Almiron preparará un equipo para visitar el Monumental. Nadie sabe cómo va a salir. De lo que se puede estar seguro es de que este Boca va a combatir.