No a cualquiera le regalan un arco de nuestro templo sagrado. Justamente, porque no es cualquiera a quién se le otorgaron. Luego del empate ante Banfield, que quedó en anécdota, la gente ovacionó al máximo goleador de la historia del club y desde la dirigencia, le obsequiaron esa estructura metálica a la cual tantas veces perforó.

236 goles, 59 asistencias, y catorce títulos, todo en 404 partidos disputados con la camiseta más bella del mundo, la azul y oro. Participe de equipos gloriosos de nuestra historia, como el de Bianchi, el del Coco Basile o el de Russo en 2007. Palermo cumple con todos los requisitos para ser lo que es, una leyenda del club. No es el máximo ídolo nomás porque existe un tal Juan Román Riquelme.

Para tomar noción de lo hecho por Martín, le lleva dieciocho goles al segundo en la tabla de goleadores histórica, Roberto Cherro, con 218. Y si nos dirigimos al jugador aún en actividad, que más cerca se encuentra, tenemos que ir hasta el puesto quince, ocupado por Rodrigo Palacio que cuenta con un total de 82 goles. Ni aunque tuviera un ciclo más en el club lo alcanzaría antes de su retiro.

Gloria eterna para el Titán, nuestro mejor delantero de la historia hoy, y probablemente por mucho tiempo más. Ojalá lo podamos ver trabajando en el club en algún momento, ya sea con el buzo de entrenador o en otro rol, pero tenerlo en casa de alguna u otra forma.