"Creo que la llave está abierta por el resultado, vinimos a hacer nuestro partido, pero el estado del campo y el viento nos perjudicaron. En nuestra casa será otra situación, porque vamos a tener a nuestra gente", declaró Almirón una vez terminado el partido en Montevideo.

Tiene razón el entrenador de Boca en lo que dijo. Es real que la serie no está definida, que Nacional vendrá a hacer su partido, pero Boca tendrá ese plus de contar con su gente que se hará sentir desde el comienzo, empujando para que el equipo vaya al frente y que el rival sienta lo que es jugar en Bombonera.

Hasta Bruno Damiani, jugador de Nacional, dijo en estas horas: "Según me contaron amigos que ya fueron a la Bombonera, es que el mito de que late es verdad y que tiembla el piso. También me dijeron que me preparé mentalmente que va a ser muy difícil".

Desde el lado de la gente el contagio está asegurado. Después dependerá todo de Almirón y los jugadores. La obligación la tendrán ellos y deberán dejar atrás la imagen que dieron en el primer partido. La de un equipo lento, previsible, con jugadores perdidos en posiciones que no están acostumbrados a ocupar. Boca tiene que asumir el protagonismo e imponer condiciones.

Este equipo de Almirón ya demostró que jugando en la Bombonera es otra cosa. Se siente más seguro, es más confiable. Puede y debe jugar mejor. Tiene con qué ganarle a los uruguayos. Se viene una final, no hay margen de error, un partido para estar concentrados al ciento por ciento. La gente va a estar a la altura, esperemos que el equipo también.